martes, 22 de enero de 2013

Tres asientos



"Próxima parada..." Ya me queda menos. Siete y media, Blackjack. Puede que sobre las 8 ya esté en casa. Tengo que recoger, que hoy salí con prisas y no me dio tiempo. Espero que me dé tiempo a estudiar un rato. Y tengo que preparar la comida para mañana, y revisar el correo, que hace una semana que no abro el buzón. El vagón está lleno, pero no hay problema. Menos mal que hoy me he puesto mis botas favoritas. Altas, como de montar, y con cuña de 5 centímetros. Me sientan como un guante. Bien, un sitio. Al menos me quedan... 13 paradas. Venga, no se sienta nadie, voy. Mañana a primera hora, en cuento llegue al trabajo tengo que revisar el último e-mail que recibí, creo que lo marqué como "no leído". Qué frío hace aquí. Claro, se va vaciando y se nota la temperatura. Vuelve a subir gente. Voy a leer un rato. Pero, ¿quién huele tan bien? A ver...si me giro un poquito y hago como que cojo algo del bolso. Sí, el olor a mi perfume preferido proviene del chico que acaba de sentarse a mi lado. Genial. Me encanta, el aroma. A él no le he visto ni la cara. Lleva la misma fragancia que yo, sólo que en su versión masculina. Creo que el también se ha dado cuenta, es un olor fácilmente reconocible. Intenso. Qué agradable...Y hasta parece que ahora no tengo esa sensación de frío...claro, el chico es grande y actúa de mampara protectora. Ya se baja la señora de mi izquierda. Pobre mujer, creo que he contado siete bolsas. Una llevaba un rato apoyada en mi pie, pero no se ha dado ni cuenta. Vuelve a subir gente. Voy a colocar mi abrigo, que ha decidido ocupar el lugar la señora. Además, viene alguien a sentarse. Esta vez es un señor, muy alto y grande también. Suerte que yo soy pequeña. También huele bien, estrena traje. Es una mezcla entre olor a nuevo, un toque a limpio, y un punto sutil de tabaco. Se nota más el frío. Qué dolor de cuello... Ya sólo quedan cinco paradas...venga, está hecho. Vaya, qué raro, se ha vaciado el vagón. Sólo quedamos nosotros tres. Aquí, juntos. Lo normal sería que alguno decidiera levantarse y así poder estar más a gusto, ocupando uno de los asientos de la hilera vacía de en frente. Lo he visto otras veces, hay gente que necesita más espacio y en cuanto ve que puede evitar tener gente al lado, se cambia de sitio, aunque la línea termine en una parada. Pero esta vez no. Cuatro paradas, y nada. Aquí estamos. A medida que avanza el metro, nos miramos en el oscuro reflejo de los túneles. Tres. Seguimos en el mismo sitio. Dos. Y qué a gusto. Las ocho, fin de línea. Se levanta el hombre, y el chico. Va, voy yo. Qué curioso, vamos los tres a salir por la misma puerta. Se abre...¿por qué se giran? Ah, que me dejan pasar a mí primero. No puedo evitar sonreír. Gracias. Me dan ganas de decirles "hasta luego". Guay...qué raro todo. Uf, otra vez este frío.

12 comentarios:

  1. Pues yo no tengo frío, más bien todo lo contrario. Después de leer tu historia es imposible quedarse frío.
    "Guay...qué raro todo." Tú lo has dicho. Y yo añadiría "y qué bien hecho". Perdona, Gemma, me voy corriendo, que me cierran las puertas del vagón...
    ¡Un besazo gordo, sobri!

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  2. jajajaja...muchas gracias, tío, ya sabes que tu experta opinión de escritor es muy valiosa para mí :) Gracias por estar siempre ahí. Mil besos

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  3. Seguro que yo soy la señora de las siete bolsas... Una historia muy bien hilvanada y con visos de realidad porque cuántas veces entras en un vagón del metro semivacío o te subes a un autobús en la primera parada y para dos o tres pasajeros que hay, se van a sentar a tu lado con todos los asientos a su disposición. Pensamientos al unísono se podría llamar esta actitud. ¡Ah! y qué suerte la tuya de topar con señores que huelen bien... Un besito.

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    1. Es curioso cómo nos comportamos en estas circunstancias. Espero continuar el viaje contigo a mi lado, prometo oler siempre bien :) Gracias Koncha

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  4. He estado durante este ratito junto a ti en el vagón del metro, incluso he percibido los olores agradables que describes, ha sido todo muy real. Un besito

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    1. Claro, si te he visto! :) Gracias por comentar, un beso!

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  5. Tengo una predilección por el asunto de los olores, evidentemente los que desprenden buena sensaciones me gustan más, jejeje y por unos momentos me imaginaba la escena, tan nítidamente que me he sentido un poco más "guay, que raro todo". Este trayecto ha llegado a buen puerto, espero ya el paso del siguiente. Besos

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    1. Coincido contigo, los olores son muy importantes, y cada situación tiene el suyo propio. Me alegro de haberte trasladado a Madrid durante un ratito. Un beso grande, Marilú! ;)

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  6. Me ha gustado mucho la frescura del texto, lo hace palpable, como contado ante un refresco en una mesa de bar.
    Esperaré al siguiente
    Besos

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    1. Me alegro de verdad, esa era la idea :) Muchas gracias por leerme. :)

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  7. me ha gustado, me pasare por aqui...

    saludos...

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    1. Gracias Jaac, espero que efectivamente vuelvas, y disfrutes con la lectura. Un saludo!

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