sábado, 12 de enero de 2013

Empezando el camino

Al "subirte" a unos tacones el cuerpo adopta una postura diferente. Los hombros se inclinan ligeramente hacia atrás para compensar, debido a que esos nuevos centímetros de altura desplazan el centro de gravedad del cuerpo hacia adelante. Si hablamos de high heels (tacones altos), los pasos se acortan considerablemente, y las piernas tensan los músculos, en pos de encontrar el equilibrio sobre sus nuevos pies de charol.

Objeto fetiche por excelencia, el tacón a lo largo de su historia ha abrazado los aplausos más incondicionales (de las manos de la propia Marilyn Monroe, entre otras muchas y muchos), así como también se ha erigido como el culpable de levantar las peores ampollas, en sentido literal y figurado. ¿Símbolo del poder femenino, o de la "esclavitud" de la mujer en un mundo sexista? La polémica está servida, al rítmico compás del taconeo.

Desde aquí, os invito a escapar de la lucha de estereotipos sexista/consumistas. Personalmente, me gusta llevar tacones. De diferentes alturas, según el momento y la ocasión. Habréis podido deducir por el título del blog, que unos pies del 35 no pueden corresponder a una mujer altísima (cosas de la naturaleza). Así que a mi, como al Rey sol, los tacones me aportan ese plus de altura que la genética me negó tan injustamente. Eso no quiere decir que sea necesario llenar el armario de zapatos de 20 cm de tacón, y poner en peligro tu integridad física (y la de los que caminan a tu alrededor), para alcanzar el metro setenta.

Lo importante en este tema, como en otros muchos, es sentirse a gusto con uno mismo. Ya se lleven deportivas o plataformas, maquillaje o cara lavada, talla 36 o 50, canas al viento o mechas, etc., la clave es que nos guste la imagen que proyectamos al mundo, sea la que sea. Porque si nos gustamos a nosotros, les gustaremos a los demás (aquello del "si crees que puedes, podrás", para mi es totalmente cierto). A lo largo de mi vida, he comprobado que se puede andar de muchas maneras. Rápido, o lento. Tropezando, o sorteando los baches. Con pasos largos, o cortitos. A saltos. Pisando fuerte, o apenas rozando el suelo. Mirando hacia adelante, o hacia nuestros propios pies. Con tacones, o con zapato plano. 

Procuro darle a mis pasos firmeza, como cuando me pongo los tacones. Os animo a que lo hagáis (los chicos también, of course). Probad a poneros unos tacones "psicológicos" y a mirar hacia adelante (nunca hacia el suelo), sintiéndoos capaces de conseguir lo que queréis, paseando con seguridad por el mundo.
Acabo de terminar de "re-ver" la saga de Star Wars. Fantástica, incluso en sus partes más setenteras. Me encanta el personaje de Anakin, reconvertido en Lord del lado oscuro, transformado finalmente en padre amantísimo. Estoy convencida de que bajo la capa de Darth Vader asomaba la suela roja de unos Louboutin*. 

Terminada la inauguración del blog, voy a descorchar el champán con una última reflexión: ¿conseguiremos cambiar la frase y que se popularice el "con dos tacones!"...? Lo intentaremos, al menos.

Gracias por leerme.


*Señalo esto metafóricamente, claro está, por el aplomo que demuestra y el poder que logró alcanzar. Abstengámonos de convertirlo en Drac-Jedi.


25 comentarios:

  1. ¡Chin, chin!
    ¡Bienvenida, Gemma! ¡Con dos tacones! Por mí, que no quede intentar el cambio...
    Estoy impaciente por ver crecer este rinconcito tuyo y, por supuesto, estaré siempre que aparezca tu pluma o tu lápiz de labios por aquí.
    ¡Un besazo gordo, gordo, gordo!

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    1. Muchísimas gracias por el apoyo, como siempre. Un beso enorrrrme

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  2. ¡Hola Gemma!
    También soy del 35 o 36 (según zapato y zapatería) con esa dotación en altura algo escasa pero "Con dos tacones", ¡buenísimo! ¡me encanta! ¡ole y ole! atenta quedo a lo que esté por llegar, el estreno ha sido estupendo. Besos

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    1. Hola de nuevo, Marilú!!! Encantada de compartir talla y de que te haya gustado mi "novato" comienzo bloguero. Muchísimas gracias wapa. Nos vemos por aquí!! Un beso

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  3. Gracias a ti por incorporarte a estos rinconcitos donde nos sentimos como en nuestra propia casa. ¡Bienvenida y adelante! Un besito, Gemma.

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    1. Gracias Koncha :) Qué razón tienes, ya m siento como en casa, y eso que acabo de llegar!! Y eso es gracias a vosotros. Mercy, Sra. Poeta.

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  4. Sé muy bienvenida a la blogosfera, Gemma. Me ha encantado la expresión "Con dos tacones". Seguiré tus taconeos, cuenta con ello.

    Un beso shakiano!!

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    1. Gracias por leerme y por apoyarme en este inicio "blogueril". Espero estar a la altura de todos vosotros. Nos vemos por aquí! :)

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  5. Bienvenida a este mundillo. Yo tengo un 40, no soy baja, pero la naturaleza también me ha negado injustamente otras cosas :-P

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    1. Gracias por la bienvenida, Meg! La naturaleza es que es muy suya...jejeje. Un abrazo

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  6. Bueno, yo tengo un 39 y mido 1'60... la naturaleza no ha sido justa y proporcional conmigo jajajaja
    Bienvenida =)

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    1. Seguro que estás estupenda, Mel! jejejeje Gracias por acompañarme en estos primero pasos. Un abrazo

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  7. Dice Marilú que hay que conocerte así que aquí me tienes.
    Me pirran los zapatos, tengo.... posiblemente demasiados y ya estoy pensando comprar más.
    Besos y suerte

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    1. A Marilú no se le puede decir que no :) Libros, zapatos...Qué bien nos vamos a entender! Gracias por venir!

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  8. Hola Gemma, Soy Silvia de La vieja encina,estoy aquí porque me ha traído mi locomotora privada(pregúntale a Sra. poeta de Vallekas) me ha dicho que me iba a gustar tu presentación y así ha sido; lo de "con dos tacones " me encanta.Bienvenida a la blogosfera, verás que te va a gustar al principio y a enganchar después. Un besazo

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    1. Hola Silvia! Gracias por "acogerme" en este, vuestro mundo bloguero. Yo también he oído cosas buenas de tí, así que no dudo que estaremos en contacto. Un abrazo

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  9. Hola Mana, yo no tengo tacones, pero si una hermana que vale un montón!!!

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    1. Tú, porque no quieres, pero con el arte que tienes, si un día te da por usarlos, los pones de moda entre el género masculino...jajajajaja Un beso grande, hermanito

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  10. MUY B UEN COMIENZO EN TU BLOG. MUCHO ANIMO Y SIGUE TAN DINÇAMICA A MI SIÉMPRE ME ENCANTARON LOS TACONES Y LOS LLEVABA EN MI JUVENTUD " CON DOS TACONES" SI, VOLVIERA A SER JOVEN LOS VOLVERIA A LLEBVAR.AHORA A MI EDAD YA NO PUÉDO PERMITIRME ÉSA ALEGRIA. UN ABRAZO.

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    1. Hola Rosalinda, agradezco muchísimo tus palabras. Dar los "primeros pasos" en esta nueva aventura es mucho más fácil cuando personas como tú participan y comparten su propia experiencia. Sin mirarte los pies, me aventuro a decir que los tacones los llevas puestos, al menos en tu actitud :) Así que camina con fuerza, amiga, y siéntete como si los llevaras, que es lo realmente importante. Gracias de nuevo!

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  11. Bienvenida a este mundo "blogueril"; aquí me tienes siguiéndote la pista por buenos amigos en común. Te diré que soy 38 ó 39, dependiendo de la horma, que diría mi padre ;)

    Espero que lo pases genial por aquí, estaré al pendiente.

    Besos.

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    1. Buenos días Aglaia, gracias por estar aquí, compartiendo el momento. En mi casa también he escuchado lo de la horma, en mi caso 34 o 35, dependiendo de ella :) La idea es esa, disfrutar y compartir experiencias escritas. Gracias otra vez, e intentaré estar a la altura de las "recomendaciones" :) Un abrazo

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  12. Yo no uso tacones. A los 18 llegué a los ocho centímetros y, desde entonces, no he vuelto a subirme a unos. Plano, planito. 2-3 centímetros en las bodas. Pero estaré encantada de leer las experiencias de quien ve el mundo con la perspectiva que regalan unos buenos tacones.
    Besos!

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    1. Hola Lidia! Es muy importante adaptarte a las necesidades de tu cuerpo en cada etapa, y en tu caso veo que así lo has hecho. El pie, al igual que la vida, te va pidiendo cosas diferentes según el momento, y más nos vale escucharlas para no "perder el equilibrio". Yo procuro atender las peticiones de mi cuerpo y pisar "con garbo" (jeje...siempre me encantó esa expresión)ya sea llevando sandalia plana o plataforma. Espero que te gusten mis vivencias, a mí me encanta que compartáis conmigo las vuestras. Un placer conocerte, Lidia.

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